El hosting o alojamiento web no es ya un mero complemento de un sitio web, sino el pilar sobre el que se construye su futuro. Se analiza si los servicios disponibles están a la altura de las circunstancias.
¿Qué tipo de alojamiento es el más utilizado?
A la hora de hablar de hosting es imprescindible contratarlo con una empresa que ofrezca un plan escalable, almacenamiento en la nube de Internet y medidas de seguridad que protejan las transacciones de datos que se realizan. Al mismo tiempo, debe ofrecer un buen servicio de atención al cliente y un asesoramiento profesional pensado para que cualquier cliente resuelva sus dudas en el menor tiempo posible. Sin alojamiento no hay sitio web y tampoco posibilidades de crecimiento. Sin embargo, la oferta del sector es tan amplia que, en ocasiones, se contrata la peor alternativa provocando así que el sitio web nazca con un pesado lastre que no va a poder eliminar y que va a determinar su futuro. Cuanto peor sea la velocidad de carga, más opciones habrá de que alguien elija otra opción y de que los buscadores sancionen el posicionamiento. Esto sucede porque uno de los alojamientos más utilizados es el compartido. Quien abre un sitio web de forma independiente busca un servidor económico ignorando que tan bajo precio se debe a que está alquilando una pequeña parcela que va a limitar muchísimo su crecimiento. Así, si otros sitios web del mismo servidor necesitan más memoria la van a tener a su disposición en todo momento provocando que se ralentice la velocidad de carga. La idea es conseguir que el cliente contrate un plan más caro o un alojamiento individualizado. Es esta la alternativa que se debe elegir desde un primer momento para evitar problemas futuros.
¿Cómo influye el alojamiento en la evolución de un sitio web?
De forma directa. No en vano, los navegadores más modernos permiten a usuarios finales y a profesionales de la informática tener acceso a recursos cada vez más evolucionados. Olvidarse de un diseño adaptativo para estos casos puede provocar que el tráfico orgánico no sea el esperado. Hay vida más allá de Chrome.
También habría que tener muy en cuenta las configuraciones personalizadas de Windows que permiten que el sistema operativo trabaje de forma distinta. El buen alojamiento web es el que se adapta totalmente a los parámetros que marca el usuario final. El malo es el que ofrece apenas unas gigas de memoria y ofrece problemas de visualización.
Así, entre los retos para crear un sitio web apenas se tiene en cuenta que el hosting no es ya un requisito para que un sitio web esté operativo, sino una de las claves para que este obtenga autoridad, posicionamiento y reconocimiento por parte de sus usuarios futuros. De su funcionalidad dependerá que el esfuerzo que se realiza a diario por generar contenidos, por mejorar el diseño y por personalizar la propuesta ofrezca los resultados esperados en términos de tráfico orgánico.
