Por qué prefiero distribuciones de Linux listas para usar en lugar de las bases

Cuando un usuario decide dar el salto a Linux, es muy común que se haga la pregunta del millón: ¿Cuál distribución debo elegir? ¿Debo usar una distribución base como Arch Linux o Debian, o elegir una distribución elaborada que ya venga lista para usar? Al principio, la idea de tener el control absoluto sobre un sistema operativo puede resultar muy atractiva.

Personalmente, cuando yo inicié en Linux, probé varias distros elaboradas, la mayoría basadas en Debian. Con el tiempo y con un poco más de experiencia, con la ayuda de un amigo instalamos Arch Linux sin interfaz gráfica, y Debian. Después de varias horas configurando e instalando el software necesario, llegué a una conclusión: prefiero una distribución elaborada. Estas son mis razones.

1. Mi tiempo es el recurso más valioso. Al menos para mi

En mi vida diaria, el tiempo es lo más valioso que tengo. No es que no me guste aprender o experimentar, pero no quiero pasar horas y horas configurando, resolviendo dependencias o haciendo ajustes finos para que el sistema funcione como quiero. Mi familia, el trabajo y las pocas horas que le dedico a mi cuerpo a practicar un deporte, el tiempo no me alcanza.

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Las distribuciones como EndeavourOS, MX Linux, que están basadas en Arch Linux y Debian respectivamente, ya vienen con muchas configuraciones predefinidas que me permiten empezar a trabajar de inmediato. En cambio, elegir Arch Linux o Debian como bases me obligaría a hacer toda la configuración por mi cuenta, algo que consume mucho tiempo.

Con una distribución elaborada, como Ubuntu, Linux Mint o MX Linux, el instalador hace todo el trabajo pesado. El sistema ya está listo para usarse, con configuraciones optimizadas y un entorno de escritorio pulido que funciona nada más encender la máquina. No tengo que preocuparme por instalar drivers, ni por configurar aspectos del sistema, lo que me deja más tiempo para lo que realmente importa.

2. Estabilidad y confiabilidad: no quiero sorpresas

Las distribuciones base, como Arch Linux o Debian, son increíblemente poderosas y flexibles, pero también pueden ser más inestables o impredecibles si no se mantienen adecuadamente. Arch, por ejemplo, es una distribución rolling release, lo que significa que se actualiza constantemente, pero esto también trae consigo ciertos riesgos. Si no estoy atento, una actualización puede romper algún aspecto de mi sistema o hacer que algo deje de funcionar correctamente.

Por otro lado, las distribuciones elaboradas como Ubuntu o Linux Mint ofrecen una experiencia más estable. Si bien pueden no tener las versiones más recientes de todo el software, su enfoque más conservador en las actualizaciones asegura que el sistema sea más confiable, con correcciones de seguridad y parches probados antes de ser liberados.

3. El software preinstalado tiene ventajas, pero también desventajas

Una de las principales características de las distribuciones elaboradas es que vienen con software preinstalado. Esto puede ser visto como una ventaja o una desventaja, dependiendo de la perspectiva de cada uno. En mi caso, me resulta muy cómodo que estas distribuciones ya incluyan aplicaciones esenciales como navegadores web, herramientas de oficina, reproductores multimedia, editores de texto y programas de gestión de archivos.

Para alguien como yo, que prefiere que las cosas simplemente funcionen, esto es una gran ventaja. Sin embargo, también hay un inconveniente: algunas de estas aplicaciones pueden no ser las que más me gustan o pueden ser innecesarias para mi caso. Por ejemplo, Ubuntu instala una suite de aplicaciones bastante amplia, que puede ocupar espacio innecesario en mi disco duro si no las voy a usar.

Si bien es posible desinstalar programas que no necesito, en una distribución base, podría evitar la instalación de software extra desde el inicio, construyendo un sistema más ligero y específico. No obstante, en mi caso, el beneficio de tener un sistema funcional y bien integrado desde el principio supera este inconveniente.

4. Controladores y optimizaciones

Un aspecto fundamental para muchos usuarios de Linux es la instalación de controladores y la optimización del sistema operativo para que funcione de manera eficiente con el hardware. Las distribuciones elaboradas, como MX Linux o EndeavourOS, hacen todo esto por mí. Ya vienen con drivers para una gran variedad de hardware.

En cambio, con distribuciones base como Arch Linux, los controladores a menudo deben instalarse manualmente. Esto no es un problema para los usuarios avanzados, pero para alguien que prefiere que su sistema funcione desde el inicio, es una molestia. Sin olvidar que algunas optimizaciones, configuraciones y otros detalles, tienen que afinarse por mí mismo.

5. Actualizaciones y mantenimiento

Una de las razones por las que me incliné por una distribución elaborada es la facilidad de mantenimiento. Mientras que algunas distribuciones base, requieren que el usuario se encargue de todo el proceso de actualización y mantenimiento del sistema, las distribuciones elaboradas simplifican este aspecto. Las actualizaciones se gestionan de manera mucho más fluida, con herramientas gráficas que permiten realizar todo el proceso con un par de clics.

Esto no quiere decir que las distribuciones base sean malas en este aspecto, pero para mí, que no tengo tiempo para estar siempre pendiente de la estabilidad del sistema, las distribuciones elaboradas me ofrecen un entorno mucho más relajado y sin preocupaciones.

¿Por qué no elegí una distribución base?

Al final, elegir entre una distribución base como Arch Linux o Debian y una distribución elaborada como Ubuntu, Linux Mint o MX Linux se reduce a una cuestión de preferencias personales y necesidades. Para mí, la comodidad, estabilidad y facilidad de uso que ofrecen las distribuciones elaboradas son insustituibles. Me permiten enfocarme en lo que quiero hacer con mi computadora, sin tener que perder horas configurando o solucionando problemas técnicos.

No es que las distribuciones base sean malas; todo lo contrario, pero requieren un nivel de dedicación y tiempo que, honestamente, no estoy dispuesto a invertir. Elegir una distribución elaborada me ha permitido disfrutar de un sistema que simplemente funciona, con el beneficio de poder personalizarlo cuando sea necesario, pero sin la carga de tener que gestionarlo constantemente.

Al final del día, no se trata solo de tener el control total sobre el sistema, sino de cómo ese control impacta en mi productividad y calidad de vida digital. Y por eso, hoy en día, prefiero usar una distribución elaborada.

Actualmente estoy usando EndeavourOS como mi sistema operativo personal y de trabajo diario en el blog. Otras distros de las cuales me han gustado es MX Linux. Mientras que Linux Mint fue mi distro de cabecera por mucho tiempo.


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