
OpenAI está desarrollando un navegador basado en Chromium con integración directa de inteligencia artificial, diseñado para operar como una extensión funcional del ecosistema ChatGPT. La propuesta no es solo competir con Chrome, sino transformar la experiencia de navegación en un flujo de trabajo asistido por IA.
Entre las funcionalidades en pruebas se encuentran:
- Navegación automática por IA
- Selección dinámica de pestañas según contexto
- Página de nueva pestaña con capacidades de agente
Estas funciones recuerdan al modo Copiloto de Microsoft Edge, pero con mayor autonomía operativa por parte del sistema.
El proyecto se apoya en el modo Agente ya disponible dentro de ChatGPT, una función avanzada que combina un entorno de ejecución basado en Linux con un navegador Chromium embebido. Este agente puede ejecutar tareas complejas, como generar presentaciones utilizando documentos del usuario y fuentes externas, sin intervención manual más allá de la instrucción inicial.
El navegador formaría parte de una arquitectura de agentes unificados, donde múltiples agentes cooperan y comparten estado para gestionar tareas distribuidas. Esto habilita flujos de trabajo más complejos y persistentes, sin necesidad de alternar entre herramientas tradicionales.
Aunque la interfaz probablemente no se diferencie demasiado de un navegador convencional, su lógica de operación está centrada en el agente. La intención no es simplemente ofrecer una nueva alternativa para acceder a la web, sino convertir la interfaz conversacional de ChatGPT en un entorno autosuficiente para consulta, creación y automatización de tareas.
Reuters ya señaló que esta integración apunta a reducir la necesidad de salir de ChatGPT para acceder a otros sitios. Con un navegador potenciado por IA, la plataforma se convierte en un espacio de trabajo cerrado, capaz de absorber múltiples casos de uso sin cambiar de contexto.
El despliegue inicial podría darse en macOS, lo cual tiene sentido estratégico si se busca validar la experiencia en un entorno controlado y con usuarios más abiertos a probar software en beta.
En conjunto, esta evolución posiciona a ChatGPT no solo como modelo conversacional, sino como plataforma de automatización y productividad, con agentes inteligentes como eje funcional.