
¿Te ha pasado que justo cuando más necesitas imprimir algo urgente, tu impresora decide fallar? Atascos de papel, falta de tinta o problemas con la conexión… son esos pequeños dramas tecnológicos que nos sacan de quicio. Y aunque muchas veces olvidamos su importancia hasta que surgen problemas, elegir una buena impresora puede hacer toda la diferencia. Las impresoras Epson , por ejemplo, son conocidas por su fiabilidad y durabilidad, convirtiéndose en una opción popular para quienes buscan algo más que una impresora cualquiera. Ya sea que las uses ocasionalmente o las tengas como herramienta diaria, tener un modelo que se ajuste a tus necesidades puede evitar muchas de esas situaciones frustrantes.
Pero más allá del caos del último minuto, hay una discusión menos urgente y más interesante: ¿por qué ciertas marcas sobreviven tantos años como referentes cuando otras van quedando en el camino?
La persistencia del formato impreso en la era digital
Aunque vivimos rodeados de pantallas, lo impreso sigue teniendo un lugar irremplazable. Quizás no imprimimos tantas fotos como antes, pero todavía hay momentos donde el papel se siente más real, más confiable. Contratos, certificados, incluso materiales educativos: no han desaparecido. De hecho, el auge del trabajo remoto y las clases virtuales trajo un curioso efecto colateral —mucha gente volvió a necesitar una impresora en casa.
Ahí es donde la elección del modelo cobra sentido. Para quien solo imprime de vez en cuando, lo último que quiere es gastar más en tinta que en la propia impresora. Y para quien imprime seguido, una mala elección se vuelve un dolor de cabeza constante.
La tinta: Un factor clave en la eficiencia y coste de impresión

Hablar de impresoras sin hablar de tinta sería como hablar de autos sin mencionar la gasolina. Durante años, uno de los puntos de crítica más frecuentes fue el costo elevado de los cartuchos. Ahí es donde entra el modelo de tanque de tinta, que algunas marcas, como Epson, empujaron con fuerza y que cambió por completo la experiencia para muchos usuarios.
¿Más caro al principio? Puede ser. Pero lo que te ahorras después, tanto en dinero como en molestias, marca la diferencia. Esto se volvió especialmente relevante en hogares donde la impresora dejó de ser una herramienta ocasional y se convirtió en una parte esencial de la rutina: tareas escolares, guías médicas, manuales de trabajo.
La importancia de las características técnicas en la elección de tu impresora
Es fácil perderse entre modelos, siglas y características. Wi-Fi Direct, impresión dúplex, compatibilidad móvil… para algunos, todo eso suena como jerga innecesaria. Pero lo cierto es que cada una de esas funciones puede simplificar la vida de formas que uno no valora hasta que las necesita.
Por eso, al elegir una impresora, vale la pena detenerse un momento y pensar más allá del precio. Hay opciones que resuelven mejor ciertas necesidades, aunque eso no siempre se nota a simple vista. Lo importante es tener claro qué uso se le dará. Porque no es lo mismo una impresora para una oficina pequeña que para una familia que imprime todos los días, o para un estudiante que la usará de forma intermitente.