
Microsoft eliminó sin aviso la opción para desactivar actualizaciones automáticas de aplicaciones instaladas desde su tienda. La casilla desapareció. No hay explicación oficial. No hay forma fácil de volver a activarla.
Ahora, si usas apps de la Store, vas a tener que actualizarlas sí o sí. No importa si una nueva versión elimina funciones, rompe algo o simplemente no te gusta. No tienes elección.
Tiene lógica desde el lado de Microsoft: mantener todo actualizado mejora la seguridad y reduce errores. Pero para usuarios avanzados, esto significa perder control sobre su sistema. Especialmente si dependes de versiones específicas para trabajar sin interrupciones.
¿Opciones? Solo se puede pausar las actualizaciones entre una y cinco semanas. Después, la actualización se instala igual. Punto.
Algunos intentaron bloquearlas editando el registro o usando políticas de grupo. Tampoco funcionó. Deskmodder lo probó: ni esos métodos sirven. Microsoft cerró todas las salidas conocidas.
Esto no es solo una decisión técnica. Es parte de una tendencia: las grandes plataformas quieren controlar cada vez más la experiencia del usuario. Menos errores, menos soporte, menos libertad.
¿Aparecerá alguna herramienta para bloquear las actualizaciones otra vez? Probablemente. Siempre hay alguien que encuentra una vuelta. Pero por ahora, si usas la Store, te guste o no, vas a actualizar.