Parece que Microsoft no ha renunciado del todo a la idea de que un asistente digital también puede tener personalidad. Décadas después de que Clippy se convirtiera en un ícono tan recordado como ridiculizado, la compañía vuelve a apostar por un rostro amigable para su tecnología. Esta vez, el protagonista se llama Mico, una abreviatura de Microsoft Copilot, que llega para darle una identidad más cálida al asistente impulsado por inteligencia artificial.
El nuevo personaje de Mico –su nombre es un guiño a Microsoft Copilot– es expresivo, personalizable y cálido. Esta presencia visual opcional escucha, reacciona e incluso cambia de color para reflejar tus interacciones, haciendo que las conversaciones de voz se sientan más naturales. Mico muestra apoyo a través de animaciones y expresiones, creando una experiencia amigable y atractiva.
El movimiento forma parte del llamado Lanzamiento de Otoño de Copilot, una etapa en la que Microsoft busca hacer que su IA sea algo más que una herramienta técnica. La intención es clara: que Copilot se sienta cercano, útil y con un toque humano, un acompañante digital que entienda estilos, necesidades y preferencias.
A diferencia de Clippy, Mico no está pensado para interrumpir ni para convertirse en una caricatura. Su diseño apuesta por lo accesible y lo simpático, un personaje que pueda inspirar confianza en lugar de cansancio. En los materiales de presentación —imágenes y vídeos incluidos— se percibe ese esfuerzo por dotarlo de una personalidad ligera, amable y hasta un poco entrañable.
Eso sí, Mico es totalmente opcional. Quienes prefieran mantener la experiencia tradicional de Copilot pueden hacerlo sin problema. Por ahora, el personaje está disponible únicamente en Estados Unidos, aunque Microsoft asegura que Canadá y el Reino Unido lo recibirán en las próximas semanas. No hay fechas concretas para otras regiones, pero la expansión global parece inevitable si la recepción es positiva.
Con Mico, Microsoft intenta algo más que modernizar su asistente: busca que la tecnología deje de sentirse distante. Tal vez no todos quieran volver a tener una cara mirándolos desde la esquina de la pantalla, pero para la empresa, el experimento vale la pena si logra que la inteligencia artificial se sienta un poco más humana.
Deberían poner a Clippy opcionalmente, los habemos que aunque lo odiamos en su uso, lo recordamos con cariño.
En efecto, así debería ser.