
Microsoft está eliminando la clásica pantalla azul de la muerte (BSOD) y la reemplaza por una versión en negro. El cambio llega con la actualización Windows 11 24H2. El motivo principal: simplificar. La nueva pantalla negra tiene menos elementos —se fue el emoji triste, se fue el código QR— y ahora muestra solo la información técnica relevante, como el código de detención y qué componente falló.

La decisión no es solo estética. Microsoft dice que esta nueva interfaz mejora la legibilidad y va más en línea con el diseño general de Windows 11. Además, el sistema ahora captura volcados de memoria más rápido, en unos dos segundos, lo que ayuda al análisis de errores.
Esto es realmente un intento de claridad y de proporcionar mejor información, permitiéndonos a nosotros y a los clientes llegar a la raíz del problema para poder solucionarlo más rápidamente”, afirma David Weston, vicepresidente de seguridad empresarial y de sistemas operativos de Microsoft, en una entrevista con The Verge . “Parte de ello es simplemente información más clara sobre qué falló exactamente, dónde se trata de Windows y dónde de un componente.
En paralelo, también lanzan Quick Machine Recovery (QMR), una función para que Windows intente repararse solo si no puede arrancar. Viene activada por defecto en Windows 11 Home y puede activarse manualmente en Pro.
En paralelo a estos cambios visuales y funcionales, Microsoft también está ajustando las reglas del juego para los antivirus. Con la versión 24H2, los programas antivirus dejarán de tener acceso directo al kernel. Esto es grande. Implica una capa extra de protección para evitar que software de seguridad —o malware que se disfraza como tal— interfiera a bajo nivel en el sistema.
Para muchos desarrolladores de antivirus, esto va a ser un dolor de cabeza. Para Microsoft, es una apuesta clara por el aislamiento y la estabilidad. En otras palabras: menos libertad para el software, pero también menos riesgos de que todo explote.