El reciente desenlace de Kaspersky en Estados Unidos ha dejado a muchos usuarios en un estado de inconformidad. La empresa rusa de ciberseguridad ha decidido cesar sus operaciones en el país, lo que llevó a la eliminación automática de su software antimalware y su reemplazo por UltraAV.
La decisión de incluir a Kaspersky en la lista de entidades de riesgo nacional por parte del gobierno de EE. UU. ha sido un factor determinante. A medida que la administración Biden toma medidas para proteger la infraestructura digital del país, Kaspersky se vio forzada a cerrar su sede y despedir a su personal local. La prohibición de ventas y actualizaciones de su software, que se implementará en 2024, ha añadido una capa adicional de presión.
En septiembre, Kaspersky notificó a sus clientes a través de un correo electrónico que, pese a que dejará de vender software y actualizaciones para el mercado estadounidense, seguirán disfrutando de «protección confiable de ciberseguridad» gracias a UltraAV, propiedad de Pango Group.
UltraAV instalado en las PC de los usuarios de Kaspersky sin sus consentimiento
Lo que resulta más alarmante es cómo se gestionó la transición a UltraAV. Muchos usuarios se sorprendieron al encontrar el nuevo software instalado sin previo aviso, lo que despertó temores de posible malware.
«Me desperté y vi este nuevo sistema antivirus en mi escritorio e intenté abrir Kaspersky pero ya no estaba. Así que tuve que buscar lo que pasó porque literalmente estaba sufriendo un mini ataque cardíaco y mi escritorio de alguna manera tenía un virus que desinstaló a Kaspersky de alguna manera», un usuario dicho.
La falta de claridad en la comunicación de Kaspersky ha hecho que los clientes se sientan incomodos. La afirmación de que UltraAV ofrece una protección similar no parece suficiente para calmar la inquietud de quienes se han sentido forzados a aceptar un cambio sin su consentimiento.
La situación se complicó aún más cuando los intentos de desinstalar UltraAV resultaron en reinstalaciones automáticas del software tras reiniciar sus computadoras. Esto llevó a que muchos usuarios cuestionaran la integridad del proceso y la naturaleza del cambio forzado.
La confianza no se gana de la noche a la mañana, y un cambio inesperado puede arruinar lo que se ha construido. La experiencia de Kaspersky debería servir como un recordatorio de que la comunicación son clave para mantener a sus clientes satisfechos.
